La Cisterna Basílica, conocida también como Yerebatan Sarnıcı, es una joya oculta bajo las bulliciosas calles de Estambul. Este impresionante depósito de agua subterráneo, construido durante el reinado del emperador bizantino Justiniano I en el siglo VI, es un testimonio fascinante de la ingeniería antigua y una parada obligatoria para cualquier visitante de la ciudad. Con su atmósfera mística, columnas antiguas y su historia rica, la Cisterna Basílica ofrece una experiencia única que transporta a los visitantes a otra época. Si estás buscando paquetes a Turquía, no te pierdas esta maravilla histórica.
Al descender por las escaleras hacia la cisterna, los turistas se sumergen en un mundo subterráneo que parece salido de un cuento de hadas. La estructura cuenta con 336 columnas de mármol, muchas de las cuales fueron reutilizadas de templos romanos, y se elevan majestuosamente desde el agua que refleja sus intrincados capiteles. Estas columnas, dispuestas en 12 filas de 28, sostienen una bóveda de ladrillo que se extiende a lo largo de 140 metros por 70 metros, creando un espacio cavernoso que alguna vez almacenó hasta 80,000 metros cúbicos de agua.
Durante el reinado del emperador Justiniano I (527-565 d.C.), la ciudad de Constantinopla (actual Estambul) estaba en plena expansión. Para abastecer de agua a la creciente población y los grandiosos palacios, se construyeron numerosas cisternas subterráneas. La Cisterna Basílica, la más grande y famosa de estas estructuras, fue construida en 532 d.C. tras la revuelta de Nika, que había dejado gran parte de la ciudad en ruinas.
La construcción de la Cisterna Basílica es un ejemplo notable de la ingeniosa ingeniería bizantina. Utilizando ladrillos y mortero impermeable, los arquitectos de la época lograron crear una estructura que ha perdurado durante siglos. La capacidad de la cisterna para almacenar grandes cantidades de agua aseguraba que Constantinopla pudiera resistir largos asedios sin verse privada de este recurso vital.
Originalmente, la cisterna recibía agua a través de un sistema de acueductos que traían el líquido desde los Bosques de Belgrado, situados a unos 19 kilómetros al norte de la ciudad. Durante siglos, la Cisterna Basílica sirvió como reserva de agua potable para el Gran Palacio de Constantinopla y sus alrededores. Aunque cayó en desuso durante la época otomana, fue redescubierta en 1545 por el erudito Petrus Gyllius, quien la trajo de nuevo a la atención pública.
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Al recorrer la cisterna, los visitantes quedan maravillados por la variedad y el detalle de las columnas y capiteles. Estas estructuras, muchas de las cuales fueron recicladas de edificios romanos, muestran una mezcla ecléctica de estilos arquitectónicos, desde el corintio hasta el jónico y el dórico. Cada columna cuenta una historia diferente, y juntas forman un paisaje subterráneo impresionante que refleja el esplendor de la antigua Constantinopla.
Uno de los aspectos más enigmáticos de la Cisterna Basílica son las dos cabezas de Medusa que se encuentran en la esquina noroeste del recinto. Utilizadas como bases de dos columnas, una de las cabezas está colocada de lado y la otra boca abajo. La razón exacta de esta disposición sigue siendo un misterio, pero se cree que pudo haber sido una medida de protección contra el mal o simplemente una reutilización práctica de materiales antiguos. Las cabezas de Medusa añaden un toque de misterio y mitología a la ya fascinante cisterna.
La atmósfera de la cisterna se ve intensificada por la interacción entre la luz y el agua. Las luces artificiales, cuidadosamente instaladas, realzan la belleza de las columnas y reflejan en la superficie del agua, creando un efecto visual hipnotizante. Este juego de luces y sombras contribuye a la sensación de estar en un lugar fuera del tiempo, un espacio donde la historia y la naturaleza se entrelazan.
La singular belleza y el ambiente misterioso de la Cisterna Basílica han capturado la imaginación de muchos creadores de cine y literatura. Ha sido escenario de varias películas, incluyendo "Desde Rusia con Amor" de la saga de James Bond y la más reciente adaptación de "Inferno" basada en la novela de Dan Brown. Estas apariciones en la pantalla grande han contribuido a la fama internacional de la cisterna y han atraído a visitantes de todo el mundo.
Además de ser una atracción turística, la Cisterna Basílica ha sido utilizada para eventos culturales y exposiciones de arte. Su ambiente único proporciona un telón de fondo inolvidable para conciertos, presentaciones y exposiciones, haciendo de cada evento una experiencia verdaderamente especial.
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La Cisterna Basílica está abierta al público todos los días de la semana. Es recomendable visitar temprano en la mañana o tarde en la tarde para evitar las multitudes. Las tarifas de entrada son accesibles, y existen descuentos para estudiantes y grupos.
Ubicada en el corazón de la antigua Estambul, la cisterna es fácilmente accesible mediante transporte público. La parada de tranvía más cercana es Sultanahmet, y desde allí se puede llegar a pie en pocos minutos. También es posible llegar en taxi o transporte privado.
Dado que la cisterna es un lugar subterráneo, la temperatura puede ser fresca incluso en verano, por lo que es aconsejable llevar una chaqueta ligera. También se recomienda usar calzado cómodo, ya que el suelo puede estar resbaladizo debido a la humedad.
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Las cabezas de Medusa en la Cisterna Basílica son uno de sus aspectos más misteriosos. Utilizadas como bases para dos columnas, se cree que fueron recicladas de un templo romano. La razón de su disposición, con una cabeza de lado y la otra boca abajo, sigue siendo un tema de especulación.
La cisterna se abastecía a través de un sistema de acueductos que transportaban agua desde los Bosques de Belgrado, situados a unos 19 kilómetros al norte de Estambul. Este sistema aseguraba un suministro constante de agua a la ciudad.
La Cisterna Basílica ha sido escenario de diversos eventos culturales, incluyendo conciertos, exposiciones de arte y presentaciones especiales. Su atmósfera única y su belleza arquitectónica hacen de cada evento una experiencia inolvidable.
El mejor momento para visitar la cisterna es temprano en la mañana o tarde en la tarde, cuando hay menos turistas. Esto permite disfrutar del lugar con mayor tranquilidad y apreciar mejor su atmósfera mística.
Cerca de la Cisterna Basílica se encuentran varias atracciones importantes, como la Hagia Sophia, la Mezquita Azul y el Palacio Topkapi. Estas atracciones están a poca distancia a pie y ofrecen una visión completa de la rica historia y cultura de Estambul.
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En conclusión, la Cisterna Basílica no es solo un testimonio de la ingeniosa ingeniería bizantina, sino también un lugar que captura la imaginación y transporta a los visitantes a un mundo subterráneo lleno de historia y misterio. Ofertas de Viajes a Turquia te llevará a través de paisajes impresionantes, sitios históricos y una hospitalidad inigualable. Descubre sus paquetes a Turquía, un país donde cada rincón cuenta una historia y cada vista es una postal en espera de ser descubierta.
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